Ir al contenido principal

ESCUDOS OCULTOS EN EL PALACIO DE TOLEDO-MOCTEZUMA

A veces se dice que la perspectiva lo es todo, pero solo estoy de acuerdo con esta afirmación parcialmente, al menos en lo que respecta a las piedras de Cáceres. Puedes pasar por un lugar, mirar, volver a mirar… pero no siempre el secreto queda revelado: la luz es la clave. En ciertos momentos del año, y a ciertas horas, las sombras juegan con los relieves y nos regalan siluetas que, en otros momentos, sea cual sea la perspectiva, no logras ver.


Hace unos días, en uno de mis paseos en busca de “detalles”, me topé con la sorpresa de encontrar “nuevas” marcar en uno de los muros del Palacio de Toledo-Moctezuma, justamente en el lateral del Adarve Obispo Álvarez. Hay algunas letras sin mucho sentido y otras marcas que no logro identificar; pero lo que realmente me llamó la atención fueron dos esbozos de escudo de los Carvajal. Pero si la casa es de los Toledo y los Moctezuma ¿qué pintan aquí los carvajales? Para averiguarlo vamos a indagar brevemente en el origen de este palacio que actualmente es sede del Archivo Histórico Provincial.

A comienzos del XVI, el primer edil de Cáceres, el Sr. Pedro Cano, envía a su hijo, Juan Cano de Saavedra, a las américas. Este chico tenía muchas cualidades que usó para comenzar luchando contra Hernán Cortés y terminar luchando a su lado y, entre otras cosas, conquistar con él las ciudades de Oaxaca o Michuacán. Al final le casan con la famosa Isabel de Moctezuma que a sus 21 años ya había enterrado a cinco maridos. Nuestro cacereño parece que corrió mejor suerte que los anteriores y permanecieron juntos hasta que ella murió en 1550.


De los cinco hijos que tuvieron, solo el menor, Juan Cano de Moctezuma, decide regresar a la tierra de su padre y es quien levanta este palacio sobre unas construcciones anteriores. Este primitivo edificio en poco se parecía a lo que ahora vemos porque años después es profundamente renovado… pero no adelantemos acontecimientos porque por ahora no aparecen por ningún sitio los Carvajal. Sigamos aprendiendo cosas sobre la familia. Este Juan Cano de Moctezuma casa en Cáceres (1559) con Elvira Toledo y Ovando (al menos tenemos ya los apellidos Toledo y Moctezuma). Ambos tuvieron un hijo, Juan de Toledo y Moctezuma que casa en 1587 con Mariana de Carvajal y Toledo, y son ellos los que mandan hacer una importantísima reforma en la casa, lo que le da un aspecto más parecido a lo que vemos ahora.


Así podemos afirmar ya, que a finales del XVI los Toledo y Moctezuma emparentan con los Carvajal y fruto de esta unión se hace una importante reforma en el palacio, lo que no hace descabellado pensar que los escudos que se intuyen en la fachada de la casa pudieran ser de unas “pruebas” de esta época para incluir el emblema de los Carvajal.  Por alguna razón no se terminaron y los materiales fueron reutilizados y colocados en la posición actual. No olvidemos que los muros de los palacios solían estar enfoscados y la piedra no se veía, por lo que los constructores no tenían reparos en reutilizar estos intentos en lo que ahora son zonas visibles.

Hoy solo os quería enseñar estar letras y estos pequeños bocetos de escudos, Al Detalle, e invitaros a que os fijéis en ellos si la luz y la perspectiva os lo permiten.

Comentarios

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Entradas populares de este blog

EL CALLEJÓN DE LOS HUESOS

Cuando uno viaja se encuentra lugares y rincones misteriosos, con leyendas truculentas, fantasmas del pasado, apariciones nocturnas o viejos cementerios que desatan historias muy atractivas para el turismo. Pues aquí en nuestro Cáceres, aunque casi nadie lo conoce, tenemos un callejón cuyos muros están plagados de huesos posiblemente humanos y que pasan inadvertidos a los visitantes. Es cierto que existen por el mundo capillas construidas con huesos, como ocurre con la " Capela dos Ossos " de Évora, no muy lejos de aquí. Hay otras en Austria, en Italia, la República Checa, o en el mismo Cáceres, donde hay una sacristía cuyo suelo está formado por huesos de cordero que ya os enseñaré otro día. Pero en este caso no hablamos de una construcción con huesos, sino que entre los materiales usados para la construcción de un muro aparecen numerosos fragmentos de huesos.  Desde la cuesta de la Compañía, que une la plaza de San Jorge con la de San Mateo, parte un pequeño calle...

UN AMULETO ISLÁMICO POR LAS CALLES DE CÁCERES: LA MANO DE FÁTIMA

A todos nos es familiar la imagen de un llamador con forma de mano en casas más o menos antiguas, e incluso en las modernas, pero quizá no seamos consciente del origen y evolución de este símbolo y todo el significado que encierra. Hoy os quiero enseñar, Al Detalle, este curioso elemento que salpica toda nuestra ciudad y que encierra un gran significado profundo y simbólico. Esas aldabas con forma de mano son una evolución de otro símbolo que aún pervive, y que por estas cosas de la globalización, es cada vez más común: La Mano de Fátima. Este icono es la representación de una mano abierta con los dedos juntos y colocada de forma plana. Y aunque a nosotros nos llega como herencia islámica, la imagen y simbolismo de la mano puede encontrarse en el propio origen de la humanidad, no olvidemos las pinturas de manos con dedos “amputados” que en nuestra cueva de Maltravieso representan las pinturas rupestres más antiguas del mundo con una edad de, al menos, 66700 años. Pero también ...

LANEANA. LA DIOSA DE LA FUENTE DE TORREORGAZ

Los alrededores de esta ciudad parece que no dejan nunca de sorprender. Hace un tiempo, encontré en la web de Hispania Epigráfica la referencia de unas inscripciones en la "Fuente de la Higuera" en Torreorgaz. Estamos acostumbrados a estelas o lápidas que aparecen en cercas, fachadas o muros de iglesias, pero no a inscripciones en una piedra en medio del campo, y que además hagan referencia a una deidad hispánica. Así es que no me pude resistir y me subí a la bici a preguntarle a los paisanos por la fuente. Después de un par de intentos infructuosos decidí llamar a mi amiga Olga, de allí de Torreorgaz, y en unos minutos y algunas consultas, pudo explicarme cómo llegar. Aunque no me quedó muy claro, y no las tenía todas conmigo, volví a subirme a las dos ruedas y me encaminé hacia "un pequeño valle" a unos 700 metros de la ermita de San Isidro, en la cola del pantano de Valdesalor. Por fin encontré una de las dos inscripciones, la otra estaba bajo las zarzas...