El esgrafiado es una técnica decorativa que se caracteriza por la aplicación de capas de diferentes colores sobre una superficie, seguido del raspado o eliminación de ciertas áreas para revelar los colores subyacentes y crear diseños ornamentales. Aunque su origen se remonta a la antigüedad, el esgrafiado ha evolucionado a lo largo del tiempo y ha sido utilizado en diferentes culturas y períodos históricos. En la antigua Roma, el esgrafiado se utilizaba en la decoración de muros y fachadas, empleando motivos geométricos y figuras humanas. Estos diseños se lograban al aplicar capas de enlucido de diferentes colores y luego rascar o raspar la capa superior para revelar el color inferior. Esta técnica se extendió por todo el Imperio Romano y se utilizó en la arquitectura tanto pública como privada.
Durante el período islámico en la Península Ibérica, el esgrafiado adquirió una gran relevancia en la arquitectura árabe y mudéjar. En esta etapa, los diseños se caracterizaban por la combinación de patrones geométricos complejos y caligrafía árabe, creando un estilo distintivo. La técnica del esgrafiado se adaptó a la arquitectura de adobe y ladrillo, permitiendo la creación de diseños intrincados en las superficies, teniendo unos preciosos ejemplos en la Torre de los Pozos, como ya os mostré hace años.
En el contexto específico de Extremadura, el esgrafiado se desarrolló durante los siglos XVII y XVIII. La región experimentó un auge económico y cultural en ese momento, y el esgrafiado se convirtió en una forma de expresión artística popular en la arquitectura local. Las fachadas de iglesias, palacios y viviendas fueron adornadas con diseños esgrafiados, reflejando la influencia mudéjar y renacentista en la región. Hay quien afirma que los agustinos fueron los impulsores del esgrafiado en nuestra región, y aunque ya no tengas casas aquí, conservamos un magnífico ejemplo en la localidad considerada la capital del esgrafiado en Extremadura: Valdefuentes y su Iglesia y convento de San Agustín, fue fundado en 1663 por Alfonso Lancaster, I Duque de Abrantes y Ana de Sande, II Marquesa de Valdefuentes. Durante sus casi tres siglos exactos de existencia albergó una comunidad formada por 25 religiosos, más o menos y aunque el templo sigue siendo la iglesia parroquial, el edificio anexo ha tenido a lo largo de los años diversos usos siendo ahora de propiedad y uso municipal.
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Claustro del Convento de Valdefuentes |
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Claustro del Convento de Valdefuentes |
En términos técnicos, el esgrafiado extremeño se caracteriza por el uso de colores ocre, blanco, rojo y azul, que se combinan en capas superpuestas. Los diseños suelen estar compuestos por motivos geométricos y vegetales, como entrelazados, flores y hojas. Estos elementos decorativos se distribuyen de manera simétrica y armoniosa, creando una sensación de equilibrio estético. El uso del esgrafiado en la arquitectura popular de Extremadura refleja la influencia de diversas corrientes artísticas y culturales. La región estuvo bajo la influencia del arte mudéjar, heredado de la época islámica, que se caracteriza por el uso de elementos geométricos y vegetales en su decoración. Además, el Renacimiento también dejó su huella en Extremadura, con la adopción de motivos decorativos inspirados en la naturaleza y la arquitectura renacentista. Estas influencias se fusionaron en el esgrafiado extremeño, que se distingue por su estilo particular. Los diseños esgrafiados en la región presentan una combinación de motivos geométricos y vegetales, como entrelazados, flores y hojas. Estos elementos decorativos se distribuyen de manera simétrica y armoniosa en las fachadas, creando un efecto visual cautivador.
La "Casa de los Dragones" en Malpartida de Cáceres |
La técnica del esgrafiado en Extremadura ha perdurado a lo largo de los siglos gracias a la habilidad y dedicación de los artesanos locales. Sin embargo, es importante destacar que muchas de estas fachadas esgrafiadas se encuentran en un estado de deterioro debido al paso del tiempo y a los agentes ambientales, y no son demasiados los casos de nuevos esgrafiados que no sean una réplica de los motivos más tradicionales. Ya vimos, también en Malpartida de Cáceres, la Casa de los Dragones, y tenemos aquí otro precioso ejemplo. Vamos a descubrirlos, Al Detalle.
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Dragón de la puerta de la casa. |
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Esperando a los OVNIS... Año 1990. Foto Javier Caldera. Fondo Fotográfico del Periódico Extremadura. Biblioteca de Extremadura |
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